martes, 22 de noviembre de 2016

Una cuestión de peso.


Rosie Mercado, una modelo americana de tallas grandes, siempre ha tenido un nivel de peso elevado. Su mayor cifra fue de 186 kilos, pero en la actualidad, la modelo pesa 107 kilos menos. El suceso que le hizo empezar a perder peso ocurrió cuando en un avión, una azafata le dijo que para poder viajar en éste tenía que ocupar dos plazas en vez de una. Rosie, decidida, se sometió a una operación gástrica, comenzó una dieta y empezó a hacer deporte. Los resultados fueron gratificantes, y la modelo afirma que se siente mucho mejor desde entonces.

El problema de esta situación vino después. Rosie, al ser modelo, es una imagen pública y por lo tanto un ejemplo a seguir. A lo largo del proceso, la modelo fue subiendo fotos a redes sociales como Instagram mostrando su avance, y así, sus seguidores no han dudado en dejarle comentarios de odio, culpándola de abandonar la imagen contra las imperfecciones que daba anteriormente. Tanto es el odio, que incluso ha llegado a recibir amenazas de muerte.

A pesar de este odio, la modelo cuenta cómo ha aprendido lecciones de ambos “cuerpos”, y asegura que sigue siendo modelo de tallas grandes, pues todavía tiene curvas. Por muchos obstáculos que se le presenten, Rosie Mercado demuestra que está dispuesta a vivir su vida y seguir adelante.





Esta noticia está publicada en el periódico “ABC”, y como podemos ver, nos cuenta un escándalo ocurrido hace varios meses, en el cual una modelo es criticada simplemente por perder peso.
A lo largo de la historia, los cánones de belleza han ido cambiando continuamente: Desde caderas anchas y pecho erguido, hasta cuerpos esqueléticos y cirugía plástica. Todas estas tendencias las marcan las modelos, ya que las personas tendemos a basarnos en lo que llevan, hacen o dejan de hacer para construir nuestro propio estilo.

Por lo tanto, en una época dónde estar delgada significa “ser perfecta”, muchas personas con peso elevado han caído en depresión por no poder ser como su modelo favorita. Gracias al impulso de modelos con curvas, estas personas han obtenido un gran apoyo en sí mismas, ya que demuestran que no hace falta ser un esqueleto para ser guapa y estar a gusto con nuestro cuerpo.

Pero no debemos confundir el término “con curvas” con el término “no sano”. Según el caso de la modelo Rosie Mercado, su cuerpo estaba llegando a tales niveles de obesidad que ya no era sano seguir así, por lo cual, cambió para conseguir estar saludable. El impacto que provocó en sus seguidores fue comprensible, pero las amenazas de muerte que recibió, en absoluto. El cambio que obtuvo no fue para ser más delgada y dejar de tener curvas, sino para mantener su cuerpo en buenas condiciones. De hecho, la modelo sigue teniendo curvas y demostrando que la delgadez no es la perfección.

Esto nos lleva a la influencia de las personas famosas en las personas que no lo somos. Nos tomamos demasiado en serio los cánones de belleza y las tendencias actuales. Sobre todo, nos dejamos influenciar por lo que nos digan los medios de comunicación. No sería extraño que cualquier famoso empezara una moda y sus seguidores la siguieran aunque fuera inútil o incluso malo para ellos mismos.

Por eso, cuando casos como los de Rosie salen a la luz, las personas nos dejamos influir por ellos y no reparamos en que podemos estar haciendo daño a la persona implicada en ellos. Debemos saber que cada persona tiene su cuerpo y lo que haga con él sólo repercute en esa persona, no tenemos por qué meternos en sus decisiones. Este mismo consejo se puede aplicar a los problemas que hoy en día tiene gran parte de la población con los complejos de su cuerpo. Cada cuerpo es único e inigualable, ¿Por qué cambiarlo para hacer que se parezca a otro? Lo único que tenemos que cambiar es nuestra manera de pensar: La perfección no existe, y nada es mejor que sentirse bien con nuestro propio cuerpo.  



Fuente de las fotos: Instagram